sábado, 19 de junio de 2010

¿PARA QUÉ LA PRISA? Sobre hablar, leer y escribir.

Mi pequeño Santiago ha visitado su médico pediatra, ya cumplió sus 18 meses y su desarrollo evolutivo avanza muy bien para su edad. No obstante, el especialista manifiesta que sería necesario estimular su lenguaje pues solo pronuncia dos palabras "teta" y "ma ma", lo que indica que está según los libros de evolutiva "un poco atrasado" para lo esperado a su edad.
Una sonrisa surgió en mi rostro y, un ceño de preocupación en el rostro de su padre. Al salir del consultorio solo ose decir: "Santi no se quedará mudo".
Bendito mi pequeño que expresa libre y espontáneamente todo su sentir, aún sus alas brillan y se abren libres cual cóndor. Vuela alto en su pensamiento y en su mirada lo trasmite todo. Y si algo de confusión observa en el ambiente, una sonrisa o un gemir sin reservas revela su satisfacción o insatisfacción.
Aún no está preso del silencio para complacer a otros, aún no está preso de la mentira para ocultar sus verdaderos deseos. Y si alguien no le genera confianza, libre y espontáneamente se retira sin justificaciones ni raciocinios estúpidos propios de la vida social.
¿Para qué la prisa? ¿será verdad aquello de que el lenguaje libera y permite dar paso al potencial interior? o mas bien, ¿lo aliena, cuadricula, reprime, desvirtúa?
Mi experiencia de madre y profesional me ha permitido ver dos procesos diferentes de alfabetización, aquel que sin afanes enseña a leer el mundo, los rostros, los dibujos, la mañana, la naturaleza y convierte a los pequeños en lectores y argumentadores entusiastas de la vida. Y aquel que mediante planas, exigencias, correcciones y repeticiones muestra el camino y pone los colores por donde se ha de transitar.
Soy una convencida de que no hay afán. Mi pequeño Santi hablará y como todos, leerá y escribirá, aprenderá matemáticas y estudiará... que ello no le robe sus sonrisas y su expresividad. Dejarlo ser niño es la prioridad. Que la cuadricula espere un poco más.
Una cavilación para dejar los afanes.

4 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

No permitas que las prisas ni las preocupaciones le roben sus sonrisas.
Haces bien.

Besos.

Psic. Liliana Castro Morato dijo...

Asi es Toro, lo mismo debemos hacer los adultos, con los afanes de la vida. Un abrazo y no olvides aquí estoy. =)

Celsa dijo...

Mi pequeño tambien tardó mucho en hablar, hoy habla por los codos. No hay ninguna prisa.

Psic. Liliana Castro Morato dijo...

Y ahora (diciembre 2010) quien lo calla? jajajajaja... hice bien! y lo comparto.