lunes, 15 de marzo de 2010

SOSTENIMIENTO MATERNO

Cavilar sobre cómo mejorar la salud mental de nuestra población indudablemente me lleva a revisar el concepto de fortaleza Yoíca (capacidad de afirmarse en la realidad, sobreponerse a las frustraciones y presiones que resultan de la interaccion con el medio que nos rodea y en donde nos desenvolvemos) que deriva de la representación de sí y de las personas significantes - especialmente la madre - y su relación vincular en la infancia.

Esta relación vincular - madre e hijo - idealmente debe proveer la seguridad, la confianza y el afecto necesario que sostengan al individuo en las dificultades propias de cada etapa evolutiva.

Por ello he recalcado la importancia del rol materno desde la concepción misma, y exhorto sobre ello para que cada día revisemos e iluminemos con una clara consciencia nuestro papel transcendental en la salud y bienestar de nuestros infantes - futuros adultos.

La certeza que da el ser amado por encima de las dificultades, errores o desaciertos; brinda al menor la cohesión necesaria para afrontar las ansiedades propias del devenir de la vida.

El desarrollo de las neurosis y otras psicopatologías esta íntimamente relacionado entonces, a la privación y deprivación afectiva; y ésta a su vez con las ataduras emocionales de los progenitores que ciegos crían y pretenden formar a sus hijos. Que cada madre y padre explore sus miedos, temores, ansiedades y conflictos permitirá una mejor y más sana relación vincular con sus descendientes.

No os quiero parecer, excluyente ni feminista, doy valor a cada género y su papel en la formación de los niños y niñas. Como apuntó Emilio en su blog Personas,no género, "lo que hace bello al mundo son las personas...cada una haciéndose un hueco entre la multitud"(ojala no para enterrarse, sino para izar banderas e iluminar faros que orienten a otros). Entonces, Padre y Madre son pilares en el bienestar emocional, la capacidad para afrontar situaciones y crear soluciones, así como para soportar frustraciones y dolor.

Un ejemplo de las relaciones madre e hijo que ha impactado mi corazón, y que dan ejemplo de cómo ésta relación vincular permite afrontar el dolor y la frustración es la ilustrada en las escenas de la película de Mel Gibson La Pasión de Cristo, allí María - mamá de Jesús- acompaña al Salvador - Dios hecho carne - en su momento más doloroso y transcendental: dar su vida por amor a la humanidad.

Los recuerdos de una madre sostenedora golpean en la mente de Jesús durante su agonía, con su convicción y confianza en el Todopoderoso logra cumplir la profecía. ¿Recuerdan estas escenas?

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